Baby Driver: Una lección de narración

Los primeros cinco o seis minutos de Baby Driver son una de las mejores secuencias de introducción de una película de acción que he visto en mi vida. Los cortes exactos conjugados con la música. El humor, la intriga y la persecución. El hermoso sonido del motor como fondo con el soundtrack. Fue increíble y basto para atraparme desde el principio.

Edgar Wright es un director extremadamente perspicaz. Sí, lo es, y si te detienes y miras en sus filmes anteriores, percibirás planos y cortes idénticos, todos con una huella descarada, como si fuera una película ligera, joven y despreocupada, pero esto no puede ser más que la simple percepción que Wright busca dejarnos a primera vista. Aquí no es diferente. Pero calma, si todavía no has visto los seis primeros minutos de Baby Driver, te recomiendo hacerlo antes de continuar con el resto del texto, y podamos estar en la misma sintonía, espero.

Ahora, si crees que solo 6 minutos no son suficientes para llevarte directo al sofa, sabrás que la película mantiene esa adrenalina por casi dos horas, lleno de secuencias bien dirigidas y orquestadas. Por si fuera poco, la película se alterna de escenas entre carreras desenfrenadas y otras más ligeras.

Un musical moderno

Todo el mundo tiene su propia playlist de canciones raras, y canciones mainstream y a veces una combinación de ambas; si alguna vez alguien habla de su playlist y la razón por la cuál esta cada canción en su lista, es probable que te conviertas en un fanático de esas canciones, al menos por casi dos horas, como me paso a mí. El soundtrack me hizo sentir de esa manera a lo largo de la película, aunque nunca había escuchado la mitad de las caciones. Sí, tuve que googlear el soundtrack al final de la película, no me juzguen.

Yo tengo playlist que contienen canciones que pocas personas han escuchado en los últimos 20 años, y sí, me encantaría escuharlas en una película algún día. Lo que precisamente parece que finalmente pudo hacer Edgar Wright en una película con una soundtrack que contiene todas sus canciones favoritas que han estado filtrándose en su mente durante años y años. Combinar imágenes increíbles con un gran soundtrack poco conocido es una manera instantánea de hacer que alguien (o miles) se haga fan de esas canciones.

Como escribí al principio, la primer secuencia es digna de ser un musical bien producido, las canciones de la banda sonora están puntualmente colocadas a lo largo de la película. Muchas escenas se sincronizan perfectamente con el ritmo, que logra generar un conexión en cada situación con el espectador. Es como si la película hubiera sido pensada para encajar en cada canción. Al igual que un musical, la música es fundamental para la narración y para conducir la trama a partir de ella escena por escena, solo que en Baby Driver se siente más auténtico.

Una de las mayores sorpresas fue sentarse a ver una película de Edgar Wright y no reírse cada 5 minutos. Probablemente te saque una carcajada una vez cada media hora, pero está muy por debajo de su ritmo normal. Baby Driver es más una aventura de acción que cualquier cosa que haya hecho antes. Definitivamente tiene su ágil estilo visual y un poco de trucos de cámara y humor, pero está lejos de ser una comedia.

Pero no me malentiendas estoy muy agusto con que no sea una comedia, la película funciona bien en todo momento. Solo tengo un problema con la escena final, algo acerca de esa escena me llevó por el camino equivocado y no puedo dejarlo de mencionar. Cuando nuestro personaje principal es sentenciado a la ligera a pesar de ser un participante importante en un alboroto violento que cobró la vida de una docena de policías solo porque "es un chico muy agradable". Dicho todo eso, son objeciones menores.

Esta película es la combinación de Bullit y Pulp Fiction. Que quede como advertencia, si te has convencido y la ves a última hora en la noche, no esperes dormir enseguida, porque si eres como yo, tu adrenalina se amplificará durante unas horas más después de terminar.

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